1961-1970: La Era de la Renovación

En su reemplazo el cinco de octubre de 1961 asumió el Pbro. Francisco Ingr, coincidió su mandato con los aires de renovación impulsados por el Concilio Vaticano II, y la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Medellín. Fue asistido en diversos momentos por los Pbros. Héctor Botán y José Antonio Ingr, su hermano mayor.
Produjo significativos cambios modernizando las instalaciones y el mobiliario del templo, no siempre aceptados de buen grado por la feligresía más conservadora.
Se dedicó con gran empeño al buen funcionamiento del Colegio parroquial, el cual durante esta época se terminó de pagar, pero como contrapartida entraron en crisis algunas instituciones parroquiales.
Durante su mandato, el cambio más significativo posiblemente haya sido, la creación de la “Asociación de Amigos de Luján Porteño”, la innovación consistía en que los fieles se comprometían a donar una suma mensual para el sostenimiento de la parroquia, dado que se abolieron todos los aranceles por misas, casamientos, etc.
A pesar de que por Derecho Canónico, -por haber sucedido a un Párroco designado Obispo- su cargo era inamovible, y que era bien visto por la mayoría de la feligresía, tras casi diez años al frente de la parroquia, sorpresivamente presentó su renuncia en 1970.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con la llegada del Padre Francisco Ingr, la parroquia fue un verdadero hervidero, puesto que la escuela funcionaba, también las instituciones parroquiales, los fieles nos uníamos para conseguir fondos para ayudar a la parroquia, ya que el Padre Francisco abolió las alcancías, las colectas en las misas y no se cobraban ni los casamientos ni los bautismos. De qué va a vivir Padre y como va a mantener la parroquia? le preguntábamos "Dios proveerá"nos contestaba. Muchas veces lo vimos arreglar bancos en la escuela parroquial, sacar el agua cuando se inundaba con la lluvia, etc. etc. Además atendía todo el culto y asesoraba a los matrimonios del Movimiento Familiar Cristiano. Era incansable. ANgel y Elena CAbrejas
24 de octubre de 2007 22:20

NORBERTO CIMATO dijo...

Un Santo con todas las letras el padre Francisco. Él pintaba, limpiaba, arreglaba los bancos y los alumnos más grandes lo ayudábamos. Luján Porteño es lo que es gracias al padre Francisco. Lamentablemente fue reemplazado por un personaje nefasto que por suerte duró muy poco en nuestro querido colegio.